A horas de que ser nombrado nuevo papa Robert Prevost, el respetado astrólogo Waldo Casal comparte con Revista GENTE su lectura sobre la posición de los astros al momento de la fumata blanca.
Con la mirada puesta en el momento justo en que fue la elección, el 8 de mayo de 2025, y teniendo en cuenta el día de nacimiento del estadounidense de origen latino, Casal adelanta cómo será su papado, según los planetas que rigen su carta.
«Mientras el humo blanco se alzaba sobre el Vaticano y el cardenal protodiácono pronunciaba el esperado Habemus Papam, los cielos trazaban un mensaje claro: la Luna transitaba ya por el signo de Libra, símbolo de justicia, equilibrio y reconciliación», asegura Casal.
Y suma: «En ese preciso instante, Robert Francis Prevost, nacido bajo el signo de Virgo, fue proclamado como el nuevo Papa de la Iglesia Católica, tomando el nombre de León XIV».
Qué dicen los planetas de León XIV

Más allá del acontecimiento histórico y político, Prevost es el primer pontífice estadounidense, esta elección, según el astrólogo, refleja un profundo símbolo espiritual y astrológico. «Se trata de un Papa formado por el orden virginiano y consagrado bajo la luz equilibrante de Libra», explica.
Un Virgo al timón de lo sagrado: Nacido el 14 de septiembre de 1955, Prevost, dice Casal, porta una firma astrológica marcada por la disciplina, la pureza, el orden espiritual y el trabajo silencioso. «Virgo es el signo de quien sirve sin buscar protagonismo, de quien cura lo que está desordenado, de quien corrige sin ruido», enuncia el astrólogo.
Y agrega: «No sólo su Sol está en Virgo, también Marte y Venus, lo que indica que su acción, su amor y su impulso vital están completamente orientados hacia el servicio práctico, el cuidado del otro, la humildad y la precisión. No será un pontífice de gestos teatrales, sino de decisiones impecables y acciones transformadoras desde lo concreto.
La Luna en Libra: una elección de equilibrio y justicia. A las 18:10 (hora de Roma), cuando fue anunciado al mundo, la Luna transitaba el signo de Libra. Esta posición lunar, advierte Casal, simboliza una búsqueda profunda de armonía, la capacidad de conciliar posturas extremas y el deseo de sanar las fracturas internas de la Iglesia.
«León XIV no llega a imponer, sino a restaurar. Libra habla de pactos, de diplomacia, de elegancia moral. La Luna en este signo refuerza su perfil como puente entre tradiciones, generaciones y visiones religiosas. Su pontificado podría marcar el regreso de la palabra justa, del diálogo y de la inclusión», predice el experto.
Cómo estaba el cielo el 8 de mayo, día de la elección: un mapa de transformación silenciosa
Los tránsitos celestes del momento de la elección del Papa revelan más sobre cómo será su papado y sobre las características que trae consigo León XIV.
• Sol en Tauro: firmeza, realismo, mirada económica y pastoral concreta.
• Plutón retrógrado en Acuario: revisión de estructuras, reforma desde adentro, poder colectivo.
• Marte en Leo: voluntad regia, liderazgo noble y sin autoritarismo.
• Júpiter en Géminis: expansión del pensamiento, el diálogo interreligioso y la apertura cultural.
El nombre elegido, León XIV. «El número 14 está regido por Mercurio, planeta de la palabra, el discernimiento y el puente entre mundos. Es un detalle astrológico que indica que su liderazgo será también intelectual, comunicador y profundamente simbólico», dice Casal.
Una configuración planetaria marcada por Virgo y encendida por Leo: el alma de León XIV

Robert Prevost no solo eligió el nombre León XIV como símbolo papal, sino que, dice Casal, su carta natal (nació el 14 de septiembre de 1955, en Chicago, Estados Unidos) revela una configuración profundamente significativa, marcada por la disciplina de Virgo y el fuego interior de Leo, «una combinación que anticipa su misión espiritual».
Prevot nació con el Sol, Marte y Venus en Virgo, «el signo del servicio, la humildad y la precisión». Además, Júpiter, Urano y Plutón se encontraban en Leo, «dotándolo de fuerza, carisma silencioso y autoridad natural».
Por el momento no se conoce su hora exacta de nacimiento, por lo tanto, la Luna puede estar en Leo o en Virgo, dependiendo del momento del día.
«Si la Luna se encontraba en Leo, como es probable en horas centrales, su emocionalidad está conectada con el liderazgo noble, la expresión generosa y el deseo de inspirar desde el corazón», sostiene el astrólgo.
«Si estaba en Virgo, se reforzaría aún más su perfil de sensibilidad práctica, discreción emocional y vocación por servir desde el detalle y la corrección interna», suma.
«Ambas posibilidades, opina, refuerzan el mismo eje simbólico: una figura papal que ordena desde adentro, que guía sin imponerse, y que busca restaurar lo esencial con firmeza, sabiduría y compasión».
En tanto, «Mercurio y Neptuno en Libra completan este mapa celestial: pensamiento justo, palabra diplomática, visión espiritual incluyente. Y Saturno en Escorpio marca un alma profunda, probada por crisis, pero preparada para transformar desde la raíz«, afirma el astrólogo.
El nombre León XIV, arguye Casal, no solo honra una tradición, sino que refleja su configuración celeste. «El fuego de Leo le dio el impulso. La tierra de Virgo le dio la forma. La justicia de Libra lo consagró», asegura.
«Así nace un pontificado de reparación silenciosa, carisma interior y equilibrio espiritual.
León XIV no solo lleva un nombre fuerte. Lleva un mapa estelar que ya contenía su destino.
Es el nombre que su alma llevaba escrito desde el inicio», concluye Casal.
Arte de portada: Darío Alvarellos
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