En horas claves para el destino del catolicismo, el Cónclave acaba de anunciar que el estadounidense Robert Prevost fue elegido como Papa, Revista GENTE habla con el sacerdote Máximo Jurcinovic, quien es director de la Oficina de Comunicación y prensa del Episcopado argentino. A través de su mirada, el religioso analiza el papado de Francisco e imagina qué puede pasar para adelante. Aunque aclara que el sucesor del argentino no será «su fotocopia» y que cada uno de los Papas trae y aporta su propia impronta y creatividad.
Sobre las curiosidades de esta elección, Jurcinovic nombra la cantidad y universalidad de los cardenales y también el mundo en que vivimos donde las guerras volvieron a cobrar protagonismo. «El gran desafío también va a seguir siendo el diálogo con el mundo, pero con un mundo en guerra, con un mundo dividido. Ese fue el gran desafío de Francisco y va a ser el del próximo Papa», asegura el sacerdote.

Al hablar de la elección del flamante nuevo Papa León XIV, el sacerdote asegura que fu «guiada por el espíritu».
-¿Qué tiene de particular este Cónclave?
-Yo creo que este Cónclave lo que tiene de particular es que tiene una conformación del colegio cardenalicio muy distinta a las otras. Primero: por la cantidad, ha crecido considerablemente, y también por algo que hizo Francisco durante su pontificado que fue elegir a obispos y a arzobispos de lugares muy distantes, de países donde se encuentran pequeñas minorías de cristianos. Esa es la gran característica, es una votación que expresa una gran universalidad y un colegio cardenalicio que ha crecido en cantidad y sobre todo de lugares y países de donde vienen los electores.
-¿Quiénes tienen más chances de ser elegidos?

-Para quienes tenemos fe y para los cristianos, el Cónclave es un acto de fe, es una elección inspirada por el espíritu. No es bueno hacer ni conjeturas ni especulaciones, ni hay candidaturas previas, ni hay ese tipo de cuestión que puede haber en una elección política. Por lo tanto no tengo para decir quién puede ser elegido. Sí baso mi opinión en que el Cónclave no es una experiencia política o de consulta o de encuesta. Un Cónclave es ante todo elegir al obispo de Roma y a quien va a tener el primado de la caridad en la Iglesia. Todas las categorías con las cuales muchas veces analizan este tipo de evento como un Cónclave no tienen que ver justamente con la esencia del mismo que es una elección si bien, por supuesto, de una figura universal… ante todo de un líder de una religión».
-¿Pensás que el nuevo Papa va a tener un perfil parecido?
-La verdad que no pienso en candidatos. El Cónclave no va a elegir solamente a alguien para que haga de Francisco, va a elegir un sucesor del apóstol Pedro y seguramente tendrá sus particularidades… Tendrá sus cosas en las cuales, ojalá, continúe con todo lo que ha hecho Francisco, pero tendrá otras cosas que son parte de la creatividad y de la individualidad de las personas. La Iglesia no elige fotocopias de los que estaban antes, elige justamente el mejor Papa y el mejor pastor que la Iglesia necesite en cada momento. Yo creo que el gran rumbo que hay que seguir es el de la Iglesia de Francisco pero, bueno, confiando también que Dios dará, a través del colegio de cardenales, el Papa que necesita este momento de la historia.
-¿Cómo definirías a Francisco?
-Para mí lo que define a Francisco es cuando él habla de una Iglesia en salida y una Iglesia hospital de campaña… una Iglesia que tenga que estar cerca de los heridos, de los agobiados, una Iglesia que sea lugar para todos, que nos excluya a nadie. Yo creo que eso lo ha definido, cuando habla de la Iglesia en salida, que no sea autorreferencial, lo ha dicho así, de una manera textual. Sobre todo lo define cuando ha hablado de la imagen de la Iglesia que el sueña que es una Iglesia pobre para los pobres.
-¿Cuál es el rumbo que debería tomar la Iglesia hoy?
–Yo creo que el rumbo de la iglesia siempre es el rumbo de la evangelización, es el rumbo de seguir siendo una Iglesia hospital de campaña, como nos enseñó Francisco. El rumbo de siempre poder esta en diálogo con el mundo.

–¿Cuáles son sus desafíos?
-Y desafíos… Creo que se va a encontrar con que el gran desafío va a seguir siendo el lugar de la Iglesia y el lugar de la Santa Sede frente a tantas guerras que se están multiplicando en el mundo. Eso es clarísimo. Y el gran desafío también va a seguir siendo el diálogo con el mundo, pero con un mundo en guerra, con un mundo dividido. Ese fue el gran desafío de Francisco y va a ser el del próximo Papa.
-¿Conociste a Bergoglio antes de ser Francisco?
-Yo no conocía mucho a Francisco, lo conocí más siendo Papa.
-¿Por qué pensás que su muerte conmovió tanto al mundo?
-Me parece que hay cosas que ocurren en la vida del pueblo, en la vida de la Iglesia, de las comunidades y de las bases y de los pequeños lugares en donde la marca que han dejado estos 12 años de Pontificado es irreversible. Yo creo que la Iglesia siempre está abierta a la creatividad, a los nuevos lugares, a los nuevos modos… Pero hay cuestiones del magisterio de Francisco, de su enseñanza, de sus modos, de su estilo, que ya están dentro del pueblo de Dios y que eso no puede cambiar, eso es irreversible. El papado de los gestos ha hecho que muchos gestos hayan calado tan hondo en el pueblo que creo que no hay regreso a otra cosa.
Las curiosidades y cómo es un Cónclave por dentro
Hace unas horas, el mundo esperaba ansioso el anuncio de quién sería el nuevo Papa. Pero para esto, 130 cardenales se reunieron durante día y medio a votar y sostener argumentos. A poco de conocerse que León XIV es el nuevo Sumo Pontífice, algunas curiosidades en torno a su elección y al Cónclave.
-¿Cuánto puede llegar a durar un Cónclave?
-Los últimos Cónclaves han durado entre 2 y 3 días. Ahora, al haber más, puede tardar un poco más la elección. Pero depende de que alguno de los que está en el colegio cardenalicio consiga las dos terceras partes de los votos. Esto ha tardado a lo largo de la historia moderna 3 o 4 días, 2 y 3 días… depende de la capacidad de los cardenales de poder encontrar la figura que consiga ese porcentaje de votos necesaria para ser Sumo Pontífice.
-¿Cómo se llega a ser cardenal y estar entre los candidatos para convertirse en Papa?
–Ser cardenal no tiene que ver con una carrera eclesiástica sino con un título honorífico que se le concede a sacerdotes, obispos o arzobispos. Por ejemplo, hay algunos cardenales que no son obispos. No es que hay una carrera para llegar sino ante todo es una elección que hace el Papa de que un arzobispo u obispo o un sacerdote reciba el título de cardenal y con eso pasa a formar parte del colegio cardenalicio que es quien lleva a cabo la elección del obispo de Roma.
-¿Por qué es tan importante que estén aislados durante la elección?
-Yo no lo llamaría estar aislados sino me parece que el Cónclave es un momento de espiritualidad, de oración, de profunda interioridad y donde la elección que se lleva adelante es una elección muy importante. Por eso es bueno, en cierta manera, estar abocado a esa misión que es elegir al obispo de Roma. Me parece que están en días de retiro espiritual donde el contacto se da solamente entre los cardenales para poder discernir mejor y que durante esas jornadas lo más importante sea justamente esta elección que es trascendental para la Iglesia como ha sido en cada Cónclave.

-¿Cuál es el origen de la fumata blanca»?
-El humo blanco se remonta al siglo XV, pero se consolidó en el siglo XX. Esto tiene que ver con que la elección del Papa era muchas veces algo cerrado y entonces se buscó una forma de poder anunciar al pueblo cuando se había llegado a la decisión de que Roma tenía un nuevo obispo. Por eso era la necesidad de encontrar una señal externa. Bueno, fue la que encontraron y la que la tradición ha conservado que es un humo que se hace con las papeletas de votación que se queman en una estufa dentro de la Capilla Sixtina y se añade un compuesto químico especial para generarse un humo negro, que indica que aún no fue elegido un Papa… Y otro, cuando hay blanco, que es cuando sí se produjo la elección del Papa.
-Hay muchas películas que relatan el interior del Cónclave en forma ficcional, ¿qué hay de cierto en esto de que la mayoría de los cardenales no se conocen entre sí?
-Si bien los cardenales quizá no se conocen entre todos, se conocen mucho entre los cardenales de cada continente porque hay reuniones específicas para cardenales de todo el mundo… Hay otras que se llaman Consistorios de cardenales para que se conozcan. Además, hoy no hace falta la presencia en un mismo lugar para conocerse, hay muchos medios para conocerse. Quizá es verdad no tienen un conocimiento profundo del otro pero sí me parece que para eso están las congregaciones generales que son prácticamente 10 días previos al Cónclave.
-¿Qué pasa en esos encuentros?
–Es ahí donde los cardenales tienen la posibilidad de escucharse, de conocerse, de ver cuáles son las cosas que le interesa a cada continente, en cada Iglesia en particular. Los cardenales han compartido prácticamente 10 días con una o dos reuniones generales por día donde todos tenían la palabra, todos se podían escuchar y dar su propuesta de lo que tenía que tener el perfil del Papa de este tiempo de la Iglesia. Si bien no hay un conocimiento profundo sí creo que está dado todo lo necesario para poder tomar una decisión conforme a lo que el espíritu diga, también a lo que ellos pueden discernir.
Cuál es el legado de Francisco y con qué desafío se va a encontrar el nuevo Papa

El Papa Francisco fue uno de los líderes espirituales más revolucionarios del siglo. No solo cambió las bases de la Iglesia sino que consolidó su papado en dar visibilidad a los excluidos. También, según cuentan los que estuvieron cerca de él, siempre se mostró humilde, incluso en sus últimos días.
Sobre el legado de Francisco, Jurcinovic afirma: «Yo creo que el gran legado que nos deja Francisco tiene que ver con un pastor que dio su vida por su pueblo«. Y suma: «Para mí lo que define a Francisco es cuando él habla de una Iglesia en salida y una Iglesia hospital de campaña…».
-¿Cuál es el legado de Francisco?
-Su legado tiene que ver con el pasto que dio la vida por su pueblo, por la paz, por el acercamiento de la gente a la Iglesia, por vivir un estilo de Iglesia que hoy es irreversible… También por su cercanía con los pobres, por su palabra, porque ha sido el Papa de los gestos, ha sido el Papa de las miradas, de la cercanía con aquellos a los que quizá nadie se acerca, ha sido el Papa de la misericordia.
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