“Nosotros producimos nieve en una ciudad donde no nieva. Somos pioneros en ese camino, como Juan Salvo saliendo por primera vez a un mundo desconocido”, arranca mencionando Nicanor Enriquez, el supervisor de Producción SFX de El Eternauta.
Y acierta, claro que acierta. Porque si bien no existen otros registros de nieve verdadera caída sobre la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores que los de 1918 y 2007, ambas situaciones ocurrieron en invierno, no en pleno verano, como sucede en la flamante y exitosa ficción de Netflix.
Un hecho perturbador para la ficción, al tiempo que uno extraordinario para la industria. “Porque generar un efecto climático donde ese efecto no existe marca un antes y un después dentro de la industria audiovisual”, apuntala Enriquez refiriéndose a uno de los grandes hitos de esta producción.
“NO SÓLO NEVAMOS GRANDES SUPERFICIES DE BUENOS AIRES: TAMBIÉN LAS ‘DES-NEVAMOS’ PARA PARA VOLVER A NEVAR OTROS LUGARES”

Para definir qué materiales y máquinas utilizar, cómo organizarse para cubrir escenarios enormes o locaciones en estudio y cómo maximizar los recursos se requirió de investigación, preproducción y consultas con especialistas de otros países. “Todos ellos en algún momento fueron a hacer nieve a un lugar con una base ya acumulada, que luego modifican o adaptan a la necesidad de la historia”, avanza el propio Enriquez, ahora acercando detalles puntuales sobre el enfoque puesto en El Eternauta. “Nosotros nevamos grandes superficies de Buenos Aires. No solo eso: también las ‘desnevamos’ y volvimos a nevar otros lugares”.
La nieve se acumula en calles, autos y cuerpos inertes en la serie. Cae sobre los personajes, se ve desde las ventanas, entra por los portones. Es el mal que acecha a una población diezmada y perpleja. Pero no es una nieve cualquiera la que va modificando el paisaje a cada instante. “La nieve de El Eternauta es una especie de ceniza”, comenta el supervisor de Producción SFX. “No se comporta como la nieve convencional: tiene otra textura, otro color, no se acumula de la misma manera ni se transforma en agua. Es volátil, genera bruma. Todo eso tuvimos que transmitirlo y traspasarlo a materiales concisos y prácticos para tocarlos”.
LOS CUATRO MATERIALES CLAVE Y LA SENSACIÓN DE «NIEVE VIRGEN»

En la búsqueda estética para saber cómo la nieve iba a verse en cámara, el proceso de investigación derivó en cuatro materiales principales: sal, celulosa, espuma seca y eco-snow, un elemento generado por la producción con polietileno biodegradable triturado. “Lo ecológico siempre estuvo presente”, señala Walter Urquiza, el coordinador de Efectos Especiales SFX. Trabajamos con material hipoalergénico, amistoso en el contacto con los actores y el equipo técnico, y que pudiera adaptarse a las necesidades del entorno”, se explaya.
En la etapa de investigación, se hicieron pruebas en exteriores y en estudio para entender cómo combinar las diversas opciones de nieve artificial, cómo funcionaban estéticamente y cuál era su respuesta mecánica y dinámica en función a la convivencia con los personajes y los objetos. Los resultados quedaron plasmados en una suerte de glosario (La Biblia de la nieve -lo llamaron-) que funcionó de guía en el armado de cada toma.

“Para cubrir grandes exteriores, la sal entrefina con cierto grado de humedad ofrecía la textura que Bruno buscaba», menciona Nicanor Enriquez-. Da la sensación de nieve virgen, copia las huellas y las marcas de todo lo que se toca, y es fácil de ‘resetear’. Un dato no menor: teníamos sal suficiente, por lo tanto podíamos distribuirla en amplias superficies de manera medianamente rápida”.
Para cubrir los vehículos, el vestuario y otros objetos en exteriores, los maquilladores del equipo acudieron a la celulosa: “Es un producto que se usa internacionalmente para hacer efecto nieve», explica Walter Urquiza. «Proyectado con humedad tiene adherencia para vehículos y se utiliza para el maquillaje del vestuario de los personajes”.
En estudio la sal tuvo su reemplazo: la perlita, o roca volcánica expandida. “Encontramos pequeños desafíos con la sal, que por un lado es corrosiva y por otro, conductiva”, apunta Enriquez. “En los escenarios exteriores no tuvimos problemas, pero en un estudio, lleno de electrónica y elementos delicados, sí. Al humectar la perlita se logra una textura hermosa que, a la hora de ser pisada, también marca la huella. Es una roca volcánica similar a la ceniza, muy volátil, entonces se levanta y se mueve”.
ENTRE GRÚAS, TIJERAS, CROMAS, ESPUMA SECA Y UNA CERTEZA: “NUNCA EXISTIÓ UN PROYECTO DE ESTA ENVERGADURA”

Una vez armado el set, otros integrantes del equipo quedaban a cargo de generar las nevadas. Según la superficie y la complejidad de la jornada, podían ser convocadas entre 12 y 20 personas. El grupo estuvo integrado principalmente por técnicos, quienes debían maniobrar diferentes máquinas según la necesidad de generar nieve, bruma, polvo o humo. Principalmente se utilizó espuma seca proyectada por turbinas para generar la nieve en suspensión. Y en planos con vidrios o plásticos traslúcidos, como parabrisas, ventanas, espejos y máscaras, se trabajó con eco-snow.
Cada locación contaba con sus dificultades y requería de una solución expeditiva. “Utilizamos grúas y tijeras para generar la elevación y la proyección de esa nieve que cae”, cuenta Urquiza, el coordinador de Efectos Especiales SFX. “Pero también hubo que adecuar la maquinaria. Teníamos una amplia experiencia de trabajo con nieve, pero nunca existió un proyecto de esta envergadura. La clave estaba en la especificidad”.

Para adaptar la estructura debían coordinar todo con las otras áreas. Los escenarios exteriores contaban, por ejemplo, con tamices de luz y cromas ubicados en diferentes lugares. “Debimos ingeniar maquinarias mucho más prácticas. Por ejemplo, pasamos de una turbina enorme a una mochila portátil a batería para seguir a un personaje en un escenario que no podíamos nevar con tiempo suficiente”, destaca Enriquez.
Trabajar en estudio además tenía la complejidad de la altura. “Las pantallas que se usaron en el set y toda la electrónica de esos espacios hicieron que el desafío fuera el triple: la nieve obviamente cae desde arriba, pero arriba siempre teníamos alguna estructura”.
LAS CIFRAS DE UN TRABAJO MONUMENTAL Y EL TATUAJE QUE ACOMPAÑÓ LA TRAVESÍA

El tercer grupo del equipo de nieve fue el de limpieza. Al final de la jornada había que entregar cada locación tal como estaba antes. Operadores de palas y carretillas elevadoras formaron parte del mismo. “Teníamos las limitaciones de una locación pública en cuanto a los tiempos disponibles y la necesidad de que vuelva a funcionar todo perfecto al momento de irnos», admite Nicanor Enriquez. Se levantaba el material, para tirar o reciclar. La mayor parte era sal, que luego trasladábamos a otros escenarios para volver a usar, y varios materiales que enviamos a sitios de reciclaje”.
En síntesis, el equipo completo de nieve para una jornada convencional -aunque nada fue convencional en El Eternauta- estuvo integrado por 40 a 55 personas entre armado, rodaje y limpieza. ¿Los datos “fríos” (si vale el juego de palabras)? Hablan de cifras monumentales. A saber:
● Se utilizaron 410 toneladas de sal, de 3 a 4 toneladas de celulosa y 600 kilogramos de eco-snow.
● Por cada jornada en exteriores se cubrió una superficie promedio de 3.000 metros cuadrados, en 4 a 6 horas de trabajo, que llegaron a 12 en locaciones muy complejas.
● Limpiar cada locación intervenida con nieve demandó en promedio 5 horas en promedio. La que más se extendió fue el estacionamiento del Shopping Soleil: 12 horas.
● La limpieza de cada set requirió 10 personas en promedio. En el Shopping Soleil fueron 50.

“El proceso con la nieve significó una sensación emocionante”, empeiza a redondear Enriquez, quien desde mucho antes de este proyecto lleva tatuado en una pierna un enorme Juan Salvo desde el trazo de Francisco Solano López, el ilustrador que le dio forma física al cómic de Héctor Oesterheld , cuando salió al ruedo en 1957: “Nos dejó exhaustos, pero cada día nos levantamos y lo hicimos entendiendo que estamos haciendo una parte de la historia del audiovisual argentino”, cierra orgulloso el supervisor de Producción SFX del éxito de Netflix.
Fuente: Netflix
Fotos: Mariano Landet, Sebastián Arpesella y Marcos Ludevid (Netflix)
Agradecemos a Agustina Benvenuto (Netflix) y a Camila López (Edelman)
Comentarios